Síntomas no motores en la esclerosis lateral amiotrófica

22/01/2024 10:43:01

Ref.: https://doi.org/10.1080/21678421.2023.2263868

Si bien los síntomas motores son bien conocidos en la ELA, los síntomas no motores a menudo no se informan lo suficiente y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida. El objetivo de este estudio fue examinar la naturaleza y el alcance de los síntomas no motores en la ELA.

Para llevarlo a cabo, se desarrolló un cuestionario de 20 ítems que cubría los dominios de función autónoma, sueño, dolor, trastornos gastrointestinales y labilidad emocional. Esta última medida según las publicaciones compartidas en plataformas de redes sociales.

Se recibieron un total de 1.018 respuestas, de las cuales 927 fueron enteramente cumplimentadas (506 personas con ELA y 421 controles). El frío en extremidades             (p= 1,66 × 10−36), las extremidades dolorosas (p=6,14 × 10−28) y la urgencia urinaria        (p= 4,70 × 10−23) fueron los síntomas más reportados. Los pacientes tenían más probabilidades de informar síntomas autónomos, dolor y síntomas psiquiátricos que los controles (síntomas autónomos B = 0,043, p= 6,10 × 10−5, dominio del dolor B = 0,18, p= 3,72 × 10−11 y dominio psiquiátrico B = 0,173, p= 1,32 × 10−4).

El análisis de correlación mostró que los síntomas no motores tienden a agruparse. Por ejemplo, la urgencia y la frecuencia urinarias, como podría esperarse, tienden a correlacionarse. Lo mismo ocurre con los mareos al girarse y en la cama. Sin embargo, también existen asociaciones sorprendentes. La piel seca, como era de esperar, se correlaciona con picazón, pero también con una sensación de vaciado incompleto del estómago.

Los autores concluyen que los síntomas no motores en la ELA son comunes (80% en los pacientes), por lo que su identificación y tratamiento deben integrarse en la atención clínica habitual de los pacientes.

Estos síntomas pueden tener potencial como marcadores tempranos de la enfermedad o como biomarcadores de pronóstico y respuesta al tratamiento, por lo que se justifica realizar más investigaciones para estudiar la relación entre los síntomas no motores y la progresión de la enfermedad, así como para desarrollar intervenciones específicas para mejorar la calidad de vida de las personas con ELA.