Identificación de marcadores diagnósticos en registros de salud de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica prediagnóstica
Ref.: https://doi.org/10.1080/21678421.2025.2539898
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) tiene un período previo a su diagnóstico, sin síntomas evidentes, donde la información de los biomarcadores sanguíneos aún es incompleta. La mayoría de los estudios previos se han realizado en pacientes ya diagnosticados, lo que impide observar los cambios que ocurren mucho antes de la aparición de la enfermedad. Por ello, este estudio se propuso identificar la existencia de patrones distinguibles en los análisis clínicos y de laboratorio rutinarios, con el fin de facilitar un diagnóstico precoz de la ELA.
Para ello, llevaron a cabo un estudio retrospectivo de historias clínicas electrónicas. El análisis incluyó a 1.810 individuos adultos, de los cuales 362 desarrollaron ELA (casos) y 1.448 no la desarrollaron (controles). Los datos provienen de grandes centros de salud en Israel, cubriendo aproximadamente el 40% de la población. Los participantes debían tener un historial de al menos 10 visitas clínicas y un período de observación mínimo de 36 meses antes de la fecha de diagnóstico de ELA para los casos. El análisis se centró en datos demográficos, el índice de masa corporal (IMC) y una amplia gama de pruebas rutinarias de laboratorio.
Los resultados revelaron diferencias significativas en varios marcadores sanguíneos y en el índice de masa corporal de los pacientes con ELA prediagnóstica (PDALS), detectables meses e incluso años antes de su diagnóstico (algunas hasta más de 10 años antes). Por ejemplo, la creatinina sérica fue significativamente más baja en PDALS (0.86 mg/dL) que en controles (0.94 mg/dL) 103 meses antes (p = 0.03 ), mientras que la creatina quinasa (CK) fue más alta (195 U/L en PDALS vs 113 U/L en controles; p = 0.04) 12 meses antes. El calcio sérico también fue más elevado (9.7 mg/dL vs 9.4 mg/dL; p = 0.02 ) 103 meses antes, y el IMC más bajo (27.1 kg/m² vs 28.3 kg/m²; p = 0.03) 45 meses antes. Se identificaron además diferencias en los recuentos de plaquetas, linfocitos y basófilos, así como en los niveles de hierro y enzimas hepáticas (AST y ALT), con cambios significativos detectables entre 12 y 136 meses antes. Todos estos marcadores, aunque diferentes, se mantuvieron dentro de los rangos normales.
Un aspecto adicional del estudio exploró la relación con los niveles de azúcar en sangre. Se observó que los pacientes con ELA prediagnóstica presentaban niveles significativamente más bajos de glucosa en ayunas (100.3 mg/dL en PDALS vs 110 mg/dL en controles; p = 0.002) 62 meses antes del diagnóstico, y también de hemoglobina glicosilada (HbA1c) (6.39% vs 6.77%; p = 0.04) 72 meses antes. Los PDALS fueron diagnosticados con diabetes a una edad más avanzada que los controles (mediana de 49 meses antes del diagnóstico de ELA frente a 62.5 meses en los controles). Estas diferencias en los marcadores de azúcar en sangre ya eran evidentes antes del momento promedio en que se diagnosticaba la diabetes, sugiriendo que podrían ser una característica temprana de la ELA asintomática, más que una consecuencia de la gestión de la diabetes.
En conclusión, este estudio destaca la existencia de una fase preclínica prolongada en la ELA, con cambios biológicos sutiles pero significativos años antes de la aparición de los síntomas clínicos. Los marcadores clínicos y de laboratorio identificados tienen el potencial de revelar mecanismos de enfermedad no reconocidos y profundizar nuestra comprensión sobre el desarrollo de la ELA. Estos hallazgos ofrecen la posibilidad de detectar indicios de la enfermedad mucho antes que otros biomarcadores conocidos. Esta capacidad de identificar patrones tempranos abre la puerta a acelerar el diagnóstico y a implementar programas de detección proactiva, lo que podría permitir intervenciones terapéuticas más tempranas para influir positivamente en el curso de la enfermedad.